09.07.2017 - Espacio incoherente

Desde hace un tiempo, parece que han vuelto a las agendas los planes para hacer cosas en el Naranco. Casi siempre se interviene con ideas exógenas, desconociendo los intereses que las mueven, y qué factores aleatorios o no, intervienen en las mismas.

Dichas ideas nacen sin contar con el binomio más importante: con una mayoría de gentes que allí habitan y sus comunidades, que deberían ser los verdaderos artífices de dichos contenidos, que deberían nacer de la experiencia, no sólo externa en su respeto al medio, sino interna, en base al conocimiento adquirido tras siglos de convivencia en el monte.

Pero vemos, cómo toda esta experiencia adquirida se convierte en inútil, y pretende ser transformada en un mero atrezzo, en un aparente jardín o espacio del bienestar, con a priori más inconvenientes que ventajas para sus habitantes, pues, ¿dónde quedan los planes para atajar los problemas más importantes? y por citar sólo uno, las canteras, con la contaminación y degradación que producen en el hábitat. Sería interesante, que existiera una verdadera inquietud por este espacio y no un mero maquillaje estético nacido tal vez, en intereses de otro tipo.